EL MOSAICO HIDRÁULICO
A mediados del sigle xix, se descubrió una técnica revolucionaria para fabricar baldosas a gran escalasin necesidad de cocción para endurecerlas. Este nuevo método introducía el uso de una prensa hidráulica y de un molde para crear un diseño multicolor. La gran ventaja era que la producción de baldosas podía realizarse en una sofa fase, mientras que el procedi-miento tradicional para la fabricación de baldosas de cerámica consistía en aplicar los colores por separado y cocer las piezas después de cada paso, un sistema que requería mucho tiempo y mano de obra. Las baldosas hidráulicas sencillamente se dejaban secar durante varias semanas tras elprensado.
La estructura de la baldosa, de unos 2 cm de espesor, estaba dividida en tres partes. La capa fina es la superficie decorada, de unos 4 mm de grosor, que estaba formada por una mezcla de cemento pórtland blanco, arena de mármol y pigmentos. Para cada color, se hacía una mezcla con agua que se colocaba en la división correspondiente de un molde. La segunda capa, et brassatge, era de un grosor similar al de la capa fina y estaba compuesta por una mezcla de cemento pórtland gris y arena; su función era absorber el exceso de agua de la capa anterior. La tercera y última capa, et grueso, media 12 mm aproximadamente y estaba compuesta por una mezcla de cemento pórtland gris, cemento común y arena, cuya porosidad facilitaba la adherencia al suelo en el momento de la colocación.
La primera referencia a una empresa especializada en la producción de este tipo de baldosas se remonta a 1857 y lleva el sello de Butsems i Cia., aunque la presentación en sociedad no llegaría hasta 1867 en la Exposición Universel de París a cargo
de la barcelonesa Garret, Rivet i Cia. Más adelante, apareció La casa Orsola, Solà y Cía. que, gracias a su moderna maquinaria y a su capacidad de producción masiva, dio a conocer en Barcelona esta clase de baldosa. No podemos olvidar tampoco a Escofet, Fortuny i Cia., fundada en 1886, que enseguida destacó por sus innovadores diseños modernistas, y cuya rápida expansión por toda España y América Latina contribuyó a que este pavimento se popularizara.
La popularidad del mosaico hidráulico coincidió con elauge del modernisme en Cataluña; se crearon motivos innovadores y atrevidos, impensables en otro tiempo. Muchas fábricas tenían a dibujantes especialzados en plantilla e incluso llegaron a contratar a destacados artistas para ocuparse de algunos diseños. Se utilizaron motivos muy variados: formas geométricas, motivos florales y figuras de carácter orgànico, como vegetación y, en raras ocasiones, animales o figuras humanas. Los colores más utilizados eran variaciones de granate, verde, rosa, amarillo, marrón, crema, gris, blanco y negro, aunque también se puede encontrar rojo, azul, naranja e incluso violeta. Las baldosas se fabricaban en distintos tamaños y formas, aunque las más frecuentes eran los cuadrados de 20 x 20 cm y los hexágonos de 11,5 cm de lado.
Los diseños concebidos para crear un mosaico hidráulico guardaban muchas similitudes con los de las alfombras: una parte central con et mismo dibujo, enmarcado por baldosas con un motivo idéntico colocadas en el mismo sentido y los extremos coincidentes (véanse, por ejemplo, las páginas 56-115). El diseño se complementaba con un marco exterior formado por baldosas monocromáticas de tonatidades discretas.
Estas «alfombras» de motivos eldorados se utilizaban esencialmente en las habitaciones de la zona noble, como el recibidor, el salón y el comedor. En las estancias secundarias los motivos eran más simples.
Con el auge de la construcción en la décade de 1960, surgió la necesidad de abaratar el coste de los materiales de construcción, Io que impidió seguir prestando la misma atención a la calidad. De este modo, el mosaico hidráulico cayó en desuso.
A causa del derribo y la remodelación de edificios antiguos, han desaparecido muchos mosaicos de gran belleza y, a pesar de que todavía son habituales, existe el peligro de que este elaborado arte se acabe perdiendo. Afortunadamente, en los últimos años algunos constructores e interioristas han vuelto a mostrar interés en el mosaico hidráulico al verlo como un elemento decorativo de calidad, que se presenta como una alternativa a los productos industriales modernos.
Este libro es un homenaje a los artistas y fabricantes que diseñaron y crearon los suelos que se reproducen en esta obra. Las baldosas se fotografiaron de suelos originales o tras rescatar los mosaicos de entre los escombros de la ciudad.
Posteriormente, se sometieron a un proceso de corrección y digitalización.
EL AUTOR
Mario Arturo Hernández Navarro nació en Rio Piedras (Puerto Rico) en 1963. Estudió en la Universidad de Georgia (Estados Unidos). Inició su andadura profesional como diseñador gráfico en San Juan de Puerto Rico, donde se le despertó el interés por la preservación del mosaico hidráulico. Posteriormente se trasladó a Nueva York, donde se introdujo en el mundo editorial. En 1996, se instaló en Barcelona, ciudad en la que reside actualmente y cornpagina su trabajo de diseñador con la investigación del diseño del mosaico hidráulico.
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