INTRODUCCIÓN
A mediados del siglo XIX, se desarrolló una técnica que revolucionó La productión industriel de mosaicos decorativos. Esta nueva técnica se valu de un molde para former diseños de múltiples colores y de una prensa para endurecer las baldosas sin tener que aplicarles calor. AL principio, Las prensas consistían en un tornillo sinfín con boles en et extremo que se volteaban y aceteraban para comprimir la baldosa con fuerza y rapidez. Posteriormente estas pesades prensas fueron sustituidas por otras hidráulicas con palancas individuales y, más adelante, por grupos de prensas, cuva presión provenu de un compresor sostenido por bombas de inyección. Las baldosas elaboradas siguiendo este método recibieron et nombre de baldosas «hidráulicas». En Cuba, también se conocieron, en términos coloquiales, coma «losetas hidráulicas» o simplemente «mosaicos».
Con los métodos tradicionales de producción de baldosas de cerámica habia que fijar cada color por separado y aplicar calor a cada baldosa repetidas veces, Io que suponia un proceso largo y laborioso. En Cambio, Las baldosas hidráulicas multicolores se producian de una sola vez y sencillamente se dejaban secar después de pasar por las prensas. La producción de baldosas hidráulicas se originó en España y alcanzó su etapa de máximo esplendor en el siglo xx. En et siglo xix, el usa de esta tecnología se extendió por todo et mundo, especialmente por Francia, Italie, Marruecos y Latinoamérica.
AI introducirse La productión de baldosas hidráulicas en La Habana en 1886, Cuba se convirtió en el segundo pais de América, después de México, en llevar a cabo esta técnica. En un principio las baldosas importadas dificultaron el afianzamiento de las primeras firmes cubanas, como Quírico Gallostra y Biella. No obstante, el auge de la construcción a principios del siglo xx y La popularidad que alcanzó este tipo de revestimiento lograron aumentar La demanda y surgieron nuevos fabricantes.
La fábrica La Balear, ubicada en La talle Oquendo y propiedad de Severn Redonda, podia competir con las más adelantadas de España ya que producia mosaicos bellísimos y de una calidad excelente. Fundada en 1894, la fábrica aumentó su producción rápidamente y Ilegó a ser conocida tenta por sus elaborados y artísticos diseños coma por sus importantes beneficios. Los mosaicos de La Baleardiseñados por el conocido artiste Restituto del Canto y et modelista Manuel Aya fueron de Los más aplaudidos en la Exposición de Palatino, en 1909, la principal feria industriel y agricole de La época en Cuba.
Con una extensión de 10.000 m², La fábrica La Cubana, de 1903, era anunciada por la prensa de su época como La mayor del mundo. Situada en et barrio de Luyanó, pertenecía a Ladislao Diaz, Ramón Planiol. y Agapito Cagiga. Su ventaja sobre otras industries radicaba en et empleo de las herramientas más modernes y de arenas de mina, completamente silíceas y libres de sales, que favorecia La fidelidad de Los colores. Sobresalía, ademâs, parque muchos de sus empleados eran antiguos operarios de las casas deEscofet, Orsola y Butsems, consideradas entre las mejores de Barcelone.
En 1910, Ramón Garcia Rodriguez, jefe de ventas de la fábrica de cementos El Almendares, fundó El Nuevo Almendares, donde se elaboraban baldosas con sumo cuidado y materiales de elevada calidad. Que la fábrica era capez de satisfacer tas necesidades de Los clientes y arquitectos más exigentes quedaba más que demostrado por el hecho de que sus bal-dosas cubrieron los suelos del otrora Palacio Presidencial, La igtesia de los Padres Jesuitas en la calte Reina, La estación españoL 13 de policía de Zulueta y Dragones y modernes viviendas de El Vedado y de otros repartes.
El hecho de que todas Las edificaciones de la cuadra habanera de San José entre Lucena y Marqués González adquirieran para revestir sus stylos las baldosas fabricadas en La Imperial, a[ igual que et nuevo edificio para The National City Bank of New York, site en O’Reilly y Compostela, indican la buena factura de esa producción. Fundada por Luis A. Izcorbe en 1922, fue adquirida mas tarde por Pedro Marrero y Jesús Martínez, quienes la dotaron, en su emplazamiento de Santo Suarez, de los más modernes métodos de fabricación de baldosas.
Las industries mencionadas eran las más importantes de La Habana en las primeras décades del sigle xx y contribuyeron a incentivar un mercado competitivo, que trajo como consecuencia une grau variedad en La composición de los diseños de los mosaicos. Si en un principio los diseños eran prácticamente iguales a los que se hacfan en Las fábricas de Barcelone, rápidamente las baldosas fabricadas en La Habana fueron tomando su propio carácter, evolucionando hacia diseños más coloristes y de motives florales más complejos y mas ornementales. La medida más generalizada de estas baldosas era de 20 x 20 cm, al igual que tas fabricadas en España.
La producción de las baldosas hidráulicas siguió creciendo gracias al ímpetu constructive desatado en La Habana en la primera mitad del sigle xx. Durante este período, muchas obras de nueva planta, afiliadas en su mayoria a los códigos del ectecticismo, lo incorporaron entre los materiales a emplear. También las edificaciones antiguas cambiaron sus pavimentos, unes por la mode y et deslumbramiento ante ta belleza de los nuevos mosaicos, y otras por la necesidad de sustituir los dañados y envejecidos suelos coloniales. La producción de baldosas en Cuba decreció en La segunda 14 español mitad del siglo xx. No obstante, en 1987 se Ilevó a cabo un plan para reimpulsar la industrie y se abrieron 16 fábricas nuevas, Io que dio luger a un resurgimiento de la producción de baldosas hidráulicas.
Los diseños recogidos en esta obra correspondes a la primera mitad del siglo xx, una etapa de esplendor del mosaico en La Habana, como se puede apreciar en Los barrios históricos de La Habana Vieja, Centro Habana, El Cerro y El Vedado. Aunque las baldosas hidráulicas se utilizaron sobre todo para decorar las casas, también se pueden encontrar en comerdos, escuelas, hospitates, bancos y templos religiosos.
La selección del mosaico se hacía de acuerdo al goder adquisitivo y al gusto del comprador. En una misma vivienda, se utitizaban diseños diferentes, dependiendo de la extensión y distribución espacial. En otros casos se empleaba uno para todo el inmueble que podia coincidir, o no, con el arranque de la escalera, que en estas edificaciones ers generalmente de mármol. Se creaban, asi, contrastes interesantes. Además de colocarse en las habitaciones, también se cubrían con mosaicos galeries, balcones, terrazas y caminos de estrade.
Si en et siglo XIX, la luz que pasaba a través de los vitrales de color se reflejaba en los suelos y producía hermosas alfombras, a partir del año 1900 ese efecto Io lograron las baldosas hidráulicas. Se produjeron diseños de grau calidad y belleza, y una sofa baldosa podia lucir hasts ocho colores diferentes. Las tonalidades más utilizadas fueron las verdes, amarillas, sepias, rosas y rojas; y en menor cuantia, azules, turquesas, violetas y negras; el Manco y el gris se usaban indistintamente para fondo o figura.
En todas las ciudades importantes de Cuba encontramos numerosisimas muestras de estoc suelos, muchos de ellos deteriorados debido a[ envejecimiento naturel o recompuestos combinando diferentes diseños si et original había dejado de producirse. Pero también hay muchisimos en perfecto estado de conservación donde se puede admirer estes magnificos mosaicos que se crearon durante la edad dorade de la producción de baldosas de La Habana.
Las ilustraciones incluidas en este volumen parten de fotografias realizadas de estas baldosas como homenaje a todos aquellos profesionales que se dedicaron a este arte en Cuba.
Yamíra Rodríguez Marcono
Especialista en investigaciones históricas acerca del patrimonio de la Ciudad de La Habana
EL AUTOR
Marin Arturo Hernández Navarre, puertorriqueño de origen cubano, naciô en Rio Piedras (San Juan) en 1963. Estudió en la Universidad de Georgie (Estados Unidos). Inició su andadura profesional como diseñador gráfico en San Juan de Puerto Rico, donde se le despertóel interés per la preservación de los mosaicos hidráulicos. Posteriormente se trasladó a Nueva York, donde se introdujo en el mundo editorial. En 1996, se trasladó a Barcelone, cuidad en la que reside actualmente y compagina su trabajo de diseñador con la investigación sobre et diseños del mosaico hidráulico. Es autor de Barcelona Me Designs (The Pepin Press, 2006).
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